miércoles, 2 de marzo de 2011

EL DUENDE DE LA LUZ


Era un día luminoso, no un día más, era un día muy especial, Paco salió como solía hacer cada domingo en busca del duende de la luz, a su caza, con su arma, su cámara cargada de sueños.

Ese día se preparo concienzudamente , se tomo el te del amor , y se encomendó a Deméter la Madre Tierra, llego al bosque mágico que solía visitar cada año justo el primer domingo del otoño y se quedo tan inmóvil como pudo, no se sabe bien el tiempo que paso así mirando y mirándose reflejado en las gotas de la lluvia caída la noche anterior, era una luz especial de estas que traspasan el espíritu, y cuando se disponía a levantarse y parpadear debajo de una hoja del viejo castaño algo se movió, su parpados se quedaron inmóviles, su retina detenida, su expresión comprimida y e aquí que el sueño tantos años dormido despertó, delante de el un pequeño ser se movía ajeno a su espectador, de pronto las miradas se encontraron y las retinas se cruzaron un rayo de luz atravesó sus corazones y recordando que siempre tenia en sus manos su cazador de luces disparo y disparo tantas veces como pudo, pero ya no había nada , ya de nuevo volvió la sombra, la luz se apago y el pequeño ser se disolvió en el aire, tranquilo se dijo lo tengo, por fin después de tantos años lo cace, aquí esta en mi cazador de luces, corrió presuroso no quería dejar pasar mas tiempo sin ver el resultado de su caza, al llegar a su casa miro ansioso la imagen, pero solo vio un rayo de luz, un rayo de luz extraño si , una luz juguetona parecía que entre los hojas del castaño que parecía quería jugar con su observador, el se sintió en principio defraudado, desconsolado y triste. Con el tiempo reflexiono de nuevo un día entre los olmos del Bejarano sobre lo ocurrido mientras miraba la corriente y sus bellos reflejos de luz en el agua cristalina, entonces le llego el pensamiento como si algo fuera entrado en su espíritu. No todo lo que vemos es sucesible de ser atrapado, no todo lo que es tocado por el ojo de la mente se puede cazar, no todo lo que soñamos vive en esta realidad. Desde entonces aprendió la lección y es que el verdadero cazador de luz no puede ser ningún elemente técnico, porque solo la mente y el alma pueden descubrir al duende de la luz.

Como lo prometido es deuda, aquí esta el cuento que un día le prometí a mi buen amigo Paco Martínez y que de paso dedico a todos los cazadores del duende de la Luz.

Bartolomé Olivares,
otro cazador de sueños y del duende de la luz.
Vienes 25 de Febrero de 2011

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