lunes, 9 de mayo de 2011
LAS HORMIGAS DEL ENTORNO DE LOS ARROYOS BEJARANO Y EL MOLINO
Autores: Joaquín Reyes López y Soledad Carpintero Ortega.
Departamento de de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba.
Las hormigas constituyen uno de los grupos faunísticos más ubicuos. Desde su aparición, hace unos120 millones de años, se han diversificado en un altísimo número de especies que se encuentran prácticamente por todo el mundo. En el entorno de los arroyos Bejarano y el Molino, durante su época de máxima actividad, primavera y verano, podremos observarlas por cualquier lado y hora. Además, aunque cada hormiga sea pequeña, las colonias pueden estar compuestas por miles de individuos, por lo que en relación a la biomasa animal total llegan a representar valores muy elevados, lo que hace que jueguen un papel fundamental en los ecosistemas.
Este éxito evolutivo lo deben a la formación de colonias. Su forma de vida social, hecho extremadamente raro en invertebrados, hace posible disfrutar de muchas ventajas frente a los individuos solitarios, como el permitir el reparto de las tareas de la colonia o de la búsqueda y defensa de las fuentes de alimento. ¿Sabías que todas las hormigas que ves por el campo, recogiendo alimento o dedicadas a las labores de limpieza o defensa del nido, son hembras? Aunque para algunas especies puede ser algo diferente, la fundación de una colonia típica comienza cuando machos y hembras alados (“alúas”) realizan un vuelo nupcial. Los machos mueren a las pocas horas, después de cumplir su misión de fecundar a la reina. La reina cae al suelo y se arranca las alas, construye una pequeña galería y empieza a poner los huevos de los que saldrán las larvas, las que crecerán y se transformarán en hormigas adultas. Estas son las obreras, siempre hembras y no fértiles, la única que pone huevos en la colonia es la reina, las obreras se dedican a sacar adelante a sus hermanas y a realizar todo el resto de las tareas de la colonia. La reina suele ser de mayor tamaño que las obreras. Estas últimas pueden ser todas iguales o bien que haya diferentes castas, llamándose entonces a los individuos mayores soldados, ya que suelen dedicarse a la defensa de los nidos cuando sufren ataques. En la colonia de hormigas pueden observarse comportamientos que solemos relacionar a especies “superiores”, como un sistema de comunicación tremendamente eficaz, basado en olores (feromonas), o la defensa agresiva de su fuente de alimento y nidos.
La vida en sociedad ha permitido a las hormigas una gran eficacia a la hora de explotar el medio y que hayan evolucionado numerosas especies que se relacionan de forma estrecha con diferentes elementos del ecosistema. Así, en el área que nos ocupa vamos a encontrar los típicos hormigueros subterráneos, pero también otras hormigas que nidifican en los árboles, como las hormigas “morito” (Crematogaster scutellaris), de cabeza roja y torax y abdomen negro brillante, que defienden el árbol en el que viven de forma agresiva cuando se ven amenazadas.
En cuanto a las formas de alimentación, podremos observar las hormigas granívoras, como las Messor barbarus, que forman pistas desde su nido hasta las parcelas de vegetación en las que encuentran las semillas que constituyen su alimento. Estas especies tienen un papel muy importante en los ecosistemas al contribuir a la dispersión de las semillas, bien porque no se alimentan de todas las que recogen, bien porque desechan parte de la semilla capaz de germinar, y se alimentan únicamente de unas estructuras ricas en grasas (eliosomas) que sirven precisamente para atraer a las hormigas. Otras especies establecen otro tipo de relaciones con la flora. Así, muchas especies de hormigas, entre otras las “carpinteras” (género Camponotus) acuden a las flores a tomar néctar y actúan como vectores de polinización. Otras especies establecen una relación simbiótica con pulgones y cochinillas (Suborden Homópteros). Estos insectos tienen el aparato bucal transformado en estilete. Con él perforan los tallos tiernos de las plantas para alimentarse de la savia. Las hormigas les solicitan gotitas de este rico alimento y a cambio les protegen contra sus depredadores naturales, como si se tratara de pastores cuidando de su rebaño. En este grupo de especies, se encuentra por ejemplo, Lasius grandis. Otras especies son carnívoras. En este grupo encontraremos especies depredadoras y especies necrófagas (que se alimentan de cadáveres). Entre las depredadoras, encontramos Pyramica tenuipilis, cazadora de ciempiés. Esta especie nos costará más trabajo observarla porque es hipogea, vive bajo tierra. Entre las necrófagas aparecen las especies más termófilas en nuestra fauna de hormigas, las pertenecientes al género Cataglyphis.
Estas especies aprovechan las horas de más calor para salir a la búsqueda de pequeños insectos muertos. Se trata de hormigas muy veloces, capaces de recorrer largas distancias. Para paliar algo las elevadas temperaturas que tienen que soportar, corren con el abdomen levantado, evitando la cercanía del suelo reseco y recalentado.
En general, las hormigas a su vez sirven de alimento para multitud de especies que podemos encontrar en el área, como muchas especies de anfibios y reptiles o aves como los pájaros carpinteros.
Al haber tantas formas de vida, las hormigas constituyen el perfecto grupo bioindicador, es decir, la ausencia o presencia, así como la abundancia relativa de diferentes especies, pone de manifiesto el grado de conservación de la zona. Desde este punto de vista, encontramos áreas que están deteriorándose de forma alarmante, entre otros motivos, por los efectos secundarios del fenómeno de las parcelaciones, cada vez más acusado, como la sobreexplotación de los acuíferos por la excavación de pozos ilegales. Así, en el Arroyo del Molino el número de especies ha disminuido ¡casi en un 50%! en los últimos años, llegando a encontrarse en los últimos tiempos, únicamente 15 especies de hormigas.
Hasta el momento, las especies que aparecen en el arroyo Bejarano y su entorno apuntan al buen nivel de conservación de este paraje, pero también al frágil equilibrio entre la presión humana y la conservación de la naturaleza. En este sentido, el arroyo Bejarano aparece como un área con elevada riqueza de especies de hormigas en comparación con otras zonas de la Sierra de Córdoba. Se han encontrado 52 especies, número muy alto ya que corresponde a más de una cuarta parte de las hormigas descritas para Andalucía. Además, tenemos que considerar que entre estas especies se encuentran muchas de especial interés por su carácter endémico o su rareza, como por ejemplo: Apahenogaster cardenai, Ponera testácea o Stenamma debile. Por último, un reciente descubrimiento contribuye a poner de manifiesto el alto valor ecológico de la zona: la aparición de una nueva especie de hormiga, bautizada como Temnothorax bejaraniensis, hallazgo que junto con la elevada riqueza en especies, nos permite afirmar que estamos ante un punto caliente de biodiversidad (“hotspot”).
PIE DE FOTO
1. Fotografía al microscopio electrónico de la especie propuesta como Temnothorax bejaraniensis Foto J. Reyes
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