miércoles, 17 de noviembre de 2010

"Los odonatos del arroyo del Bejarano: hacia un modelo de seguimiento de poblaciones de insectos acuáticos de ciclo largo".


Manuel Ferreras Romero. Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla.

El estudio que estamos realizando consiste en el seguimiento de cinco poblaciones de Odonatos, que coexisten en un tramo del arroyo del Bejarano (Sta. María de Trassierra, Córdoba) bordeado por un cerrado bosque de árboles caducifolios. Este curso permanente, pertenece a la cuenca del río Guadiato, el principal tributario del Guadalquivir procedente de Sierra Morena en la provincia de Córdoba. Los ciclos vitales fueron inferidos del análisis de las frecuencias de tamaño de larvas obtenidas mediante la extracción de muestras mensuales recogidas con redes de mano.

Los modelos de crecimiento larvario y emergencia muestran que las tres especies más abundantes desarrollan asincrónicamente. Una misma cohorte de eclosión se divide en componentes "rápido" y "lento" que completan su desarrollo en dos (semivoltinismo) y tres años (partivoltinismo), respectivamente; el componente rápido predomina sólo en Boyeria irene. Los signos de la metamorfosis resultan evidentes a final de invierno y primavera en Cordulegaster boltonii, pero no aparecen hasta primavera en B. irene; en Onychogomphus uncatus la aparición de estos signos parece supeditada a las condiciones climáticas concretas de cada año. La especie habitualmente más abundante, C. boltonii, emerge principalmente en primavera temprana, mientras que B. irene y O. uncatus emergen durante la segunda parte de la primavera y principio del verano. Dos de estas especies, C. boltonii y B. irene mostraron extensos periodos de emergencia, existiendo una cola después de que la mayoría de la población anual haya emergido. En cuanto a las otras dos especies estudiadas, Aeshna cyanea es semivoltina, las larvas pasan su último invierno en los estados F-3 ó F-2, y emergen desde final de agosto hasta principios de octubre; Calopteryx haemorrhoidalis, el único zigópteros que ocupa el arroyo con regularidad, es principalmente univoltino, las larvas pasan su último invierno en estados previos al F-0.

Voltinismo y fenología son los factores definidores de los ciclo vitales. En el segundo de ellos, resultan elementos clave el periodo de eclosión de los huevos (otoño o primavera), las fases de diapausa en el crecimiento larvario (invierno y verano), y la aparición de los signos de la metamorfosis en las larvas de último estado en ojos, labio y pterotecas. Hay diapausa de huevo en B. irene y A. cyanea. Así, durante el final del verano, el otoño y el invierno, las larvas pequeñas que hay en el arroyo son exclusivamente de C. boltonii, O. uncatus y C. haemorrhoidalis. Este tipo de diferencias en la fenología y también en los microhábitats larvarios parecen hacer posible la coexistencia de estas especies con ciclos vitales similares.

Los odonatos constituyen uno de los escasos grupos de insectos que son depredadores generalistas tanto en fase larvaria (acuática) como adulta (aérea). La coexistencia en un mismo lugar de varias especies que compiten por idéntico recurso: los macroinvertebrados presentes en el río, arroyo o charca, requiere ajustes dinámicos permanentes. El caudal, la temperatura del agua, la cantidad de oxígeno disuelto, la naturaleza del substrato, la turbidez, no sólo va a condicionar el desarrollo de las poblaciones de las especies de odonatos, sino también las poblaciones de sus presas potenciales. En consecuencia, variaciones en las condiciones climáticas de los sucesivos años pueden ser determinantes en aspectos tales como qué especies de odonatos son las dominantes en la comunidad, cuáles son las proporciones de abundancia de cada especie acompañante, e incluso en cómo es la temporalidad del desarrollo de los ciclos de vida de cada una de esas especies.

Aunque los datos más antiguos que tenemos publicados referentes a insectos acuáticos del arroyo del Bejarano fueron tomados en 1987, una serie de muestras iniciada en marzo de 1995
pretende poder disponer dentro de unos años de datos que permitan la identificación de tendencias que podrían hacernos vislumbrar a medio o largo plazo el futuro de estas poblaciones, si se llegasen a establecer relaciones estadísticamente válidas entre las variaciones o anomalías en la abundancia relativa de las poblaciones o su desarrollo vital y factores abióticos como precipitación estacional o temperaturas.

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